El albañil Lorenzo Ramón Bolívar, de 57 años, quien sufría de parálisis por una lesión que le produjo hace dos décadas el derrumbe de una pared, comenzó a caminar perfectamente y sin ayuda de nadie después de escuchar el discurso de un predicador religioso.
Desde las 2 de la tarde comenzó a llenarse el Nuevo Circo; no fue obstáculo ni impedimento la pertinaz llovizna que a partir de la media tarde cayó sobre el Sureste de Caracas, para que la peregrinación llegara continuamente a las puertas del circo de toros, que se abrieron pocos minutos después de las tres.
Al grito de “¡Nada es imposible para Dios!”, el “hermano” Eugenio Jiménez R., del culto evangélico Pentecostal, pretende dar vista a los ciegos, voz a los mudos, y devolver el movimiento a los miembros paralizados por la enfermedad, además de proporcionar curación a todos quienes, con “fe en Jesús”, se acerquen a él en las reuniones que la mencionada secta cristiana está efectuando en el Nuevo Circo.
En el Nuevo Circo de Caracas, se realiza la concentración de 47 iglesias evangélicas de Venezuela, en las que se predica la fe en Dios y lectura de la Biblia para ayudar a curar los males materiales y espirituales de la humanidad. Cada noche acuden millares de personas para escuchar al joven predicador oficial, Eugenio Jiménez Rivera, en su “Campaña de la Fe”.
“No soy ni un brujo, ni un iluminado ni un curandero” declaró anoche para este diario el Pastor Evangélico Eugenio Jiménez, a cuya palabra se han congregado muchedumbres religiosas en el Nuevo Circo de Caracas por espacio de cuatro semanas.
–Solo creed, solo creed. Todo es posible, sólo creed. –Señor, creo en ti…
Este es el coro-lema que una gran multitud repite cada día en el Nuevo Circo adonde acude a buscar la fe y oír la prédica del joven pastor evangélico Eugenio Jiménez Rivera. Van los paralíticos, los sordos, los ciegos, los cojos y millares que han oído el mensaje que se trasmiten unos a otros en Caracas durante dos semanas: Jesucristo está curando enfermos en el Nuevo Circo.
Como un fenómeno de histeria colectiva, perfectamente explicable, calificaron ayer los “milagros” de la llamada “Gran Campaña de la Fe” que desarrolla todas las tardes en el Nuevo Circo de Caracas, el predicador evangélico Eugenio Jiménez, los profesores de Psiquiatría y destacados profesionales, doctores Abel Sánchez Peláez y Pedro J. Téllez Carrasco.
El campeonato de boxeo aficionado del Distrito Federal se ha visto obligado a mudarse: desde su próximo programa, continuará en el Palacio de Deportes, en la Avenida San Martín.
Noche a noche, el Nuevo Circo se llena totalmente. Miles y miles de personas, acuden a escuchar las prédicas del Pastor Eugenio Jiménez Rivera. Y muchos enfermos, desahuciados por la ciencia médica, vienen también guiados por la fe a encontrar curación a sus males. La foto fue tomado anoche, después de un aquacera, que no fue suficiente para alegar a los creyentes.
El predicador evangélico Eustaquio Jiménez se mostró satisfecho del éxito obtenido por su actuación en San Juan de los Morros, donde, según informó, tuvo oportunidad de curar dos hernias al hijo del Gobernador Juan Manuel Barrios.
Se hace el silencio en el Nuevo Circo. Sobre la tribuna hay dos grandes cartelones. El redondel está lleno de gente, lo mismo que los tendidos, los palcos, las barreras y contrabarreras. Un joven sube a la tribuna. Viste de oscuro. Alza la mano.
–¿Qué?… No sonría todavía, como diciendo que Ud. está “muy por encima de esas cosas”. Además es una invitación que, aunque en este momento no quiera aceptarla, despertará su curiosidad.
La multitud reunida el domingo 16 en Los Próceres en atención al llamado del Padre Peyton, fue la clara muestra del auge que en Venezuela ha alcanzado la fe católica. No obstante esa supremacía católica, en el Nuevo Circo de Caracas se congregan enormes cantidades de personas atraídas por la palabra del evangelista puertorriqueño Eugenio Jiménez.
La gente resfriada que ha ido últimamente al Nuevo Circo tiene un problema de conciencia: ¿Está resfriada por falta de fe? Para reivindicarse con el Señor ha vuelto la tarde siguiente. Pasó eso el sábado y domingo antepasado y la velada volvió a repetirse una vez más el miércoles.
Eugenio Jiménez, un puertorriqueño de veintiséis años, pastor de la secta protestante Evangélica Pentecostal, se presentó al Nuevo Circo como un Cristo apuesto y bien vestido, que usa reloj de pulsera y sortija.
El Milagro ciertamente se da. Es posible ya que no hay repugnancia de ningún género para su realización como luego veremos.
Sus definición nos dice que es una cosa maravillosa para los ojos. Así es a la letra etimológicamente. Mira significa cosa admirable, magnifica, maravillosa. Oculum o mejor oculis que, a su vez, quiere decir para los ojos.
El Fiscal Segundo del Ministerio Público, doctor Enrique Carrasquero abrirá una averiguación en torno a las actividades que despliega un predicador, en el Nuevo Circo de Caracas, pues según noticias llegadas a su Despacho, se vienen haciendo colectas, y presuntamente engañándose al público mediante curaciones que no se realizan del todo.
UN JOVEN predicador de Puerto Rico ha logrado curar en esta capital, por acción directa de sus palabras, según información de los diarios, a un paralítico y a un enfermo de eczema. No hay novedad en tales curaciones, ya que desde hace siglos se vienen produciendo entre personas de inimpedida credulidad.
Desde hace varias semanas se adelanta una inteligente promoción encaminada a lograr que la gente acuda a la oración para encontrar fe, confianza, descanso del espíritu.
La humanidad fue calificada de “doliente” por el Inmortal Papa Pío XII. Uno de los puntos bases del cristianismo es la prédica del amor hacia el prójimo, la compasión por el dolor de nuestros hermanos; el abrir de par el corazón para los que, cargados de sufrimientos –productos del pecado original–, transitan los duros caminos de la vida.
En el rótulo de este artículo quedan tácitamente expresados los adjetivos “ignorantes” y “sabios” respectivamente. Es decir, bien podría decirse: Ni muy, muy ignorantes, ni tan, tan sabios (con la prerrogativa que la gramática concede al adverbio para modificar al adverbio).
No hay que confundir lo religioso –que no es ilógico– con lo mágico. Pese a toda una larga experiencia de desencantos en el terreno de la magia, todavía abundan los que esperan maravillas de estas trácalas.
Eugenio Jiménez, el predicador evangélico, saltó al ver la noticia. Y se vino a la redacción: –Yo nunca he dicho que curo enfermedades. Lo que cura es la fe en Dios.
Un Predicador Evangelista, natural del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, ha logrado plenar el Nuevo Circo de gente ansiosa de milagros. También en otras épocas, fogosos líderes de la política nacional lograron llenar las plazas de gente ansiosa de milagros.
¿Existen hoy milagros? ¿Qué es un milagro? Son preguntas que se le ocurren espontáneamente al lector medio. Para muchos, los milagros entran en el campo de la literatura de ficción. Cierto que gentes razonables creen en los milagros, pero también hay un alto porcentaje de sesudos caballeros ingleses que creen en fantasmas.
El joven evangelista puertorriqueño Eugenio Jiménez quien causó una gran conmoción entre el Gobierno y la Iglesia Católica de Colombia en el 1959, con sus “curaciones milagrosos”, está visitando sus familiares en Puerto Rico.