Ultimas Noticias 17 de Julio de 1961
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Más Milagros en el Nuevo Circo un Niño Sordo de Nacimiento, ha Oído

La “Cola” Ante la Tribuna, Desfila Contando los “Milagros” de la Noche

–¿Qué?… No sonría todavía, como diciendo que Ud. está “muy por encima de esas cosas”. Además es una invitación que, aunque en este momento no quiera aceptarla, despertará su curiosidad. Ese monstruo dormitando que llevamos sobre la mente, y que a la menor provocación no vacila en clavar sus garras y acuciarnos, torturarnos hasta conseguir satisfacer sus propósitos. No importa que su satisfacción nos pueda causar la muerte. El no muere con nosotros, vive en todos y cada uno de los detalles que rompen la monotonía de la existencia. Una sombra fugaz, una palabra sugestiva. Tal vez se oculte tras una puerta que se cierra, presto a saltar sobre nuestra mente como un jinete de fuego.

Bullía la gente por los alrededores del Nuevo Circo, dando visos de feria de pueblo con sus infaltables puesteros de perros calientes, arepas, frutas, café. Me confundí con un grupo de mujeres en rebozadas que entraban en ese momento. Sus blancos pañuelos que llevaban sujetos bajo la barbilla contrastaban con sus vestidos negros y les prestaban un aire dramático a sus figuras.

Los hombres, muy formales, echaban de vez en cuando miradas de reojo, como para asegurarse de que sus vecinos apreciaban su formalidad y la aquietaban en su justo valor.

La vista del público abarrotando el Nuevo Circo siempre es impresionante. La muchedumbre había rebasado la capacidad, volcándose hacia la arena. Allí estaban estáticos, pendientes de las palabras de un jovenzuelo imberbe que hablaba con voz queda, suave, casi sollozante, cuando relataba los atentados o persecuciones de que había sido objeto en sus giras por los países hacia donde lo había llevado su ardiente inspiración de hacer retornar a las gentes equivocadas hacia la senda de la sencilla verdad.

Los reflectores que iluminaban con profusión el ambiente, restaban el elemento psicológico de las arenas del circo que hacían pensar a la gente allí reunida, que por un momento habían revivido las escenas bíblicas en que a los mártires los echaban a las arenas del circo romano, para ser devorados por los leones.

Si la escena hubiera estado iluminada por hachones encendidos que retorcieran sus llamas al paso de la brisa, haciéndola más primitiva, también se hubiera parecido a las consultas que se hacían a los oráculos, en donde una pitonisa hambreada e histérica creía leer en las llamas, o en el fondo de una copa, el destino que el consultante hubiera acatado resignado o feliz.

Mi deseo era sincero al acudir a la invitación. Llevaba las defensas mentales y emocionales abiertas a la comunión espiritual que esperaba hallar entre todas aquellas personas que creían, o por lo menos captar el efluvio magnético que se desprendiera del orador.

En esta época de pavitos frívolos e inadaptados, es atracción una figura joven que prometa hablar de cosas espirituales. Para las mujeres es como ver al hijo formal y seriecito como ellas tanto desearon.

Nada hay que llegue más al sentimentalismo fácil, como seguro impacto, como la inocente ovejita, que tenía habilidades para dejar en ridículo a quienes así le trataban y arrancar una sonrisa de conmiseración hacia aquellos y aplausos y aprobación para él.

–¿Cuántos venís con fé aquí?

Todos levantaban el brazo. ¿Cómo desentonar y ponerse en evidencia ante el vecino? Existe esa timidez o temor al ridículo que impide que nadie de sus oyentes se atreva a hacer recaer sobre él las miradas asombradas primero, hostiles después, que asaetarían al atrevido.

No había policía, es verdad, pero no faltaba una severa vigilancia.

Atentísimos cuidadores que ostentaban brazalete sobre sus camisas blancas, no perdían ojo al sector que vigilaban, y llamaban inmediatamente la atención a quien no escuchaba con el debido respeto y recogimiento las palabras del orador.

–…Vamos a invocar al Señor y pensar que cesarán nuestros males. Porque para Dios, todo es posible… –Continuaba el orador– …vamos a repetir todos con fe….

Ansiosa, concentrada, deseosa de que se operara en mi la fascinación para la cual estaba tan predispuesta, quería sentirme presa del encantamiento que suponía que debía emanar de su verbo en esos momentos.

A medida que avanzaba el discurso y la invocación, creía en dramatismo las inflexiones de su voz. Se hacía exigente en sus frases que repetía una y otra vez, más y más duras, con la fuerza de un mazo machacando la voluntad y el pensamiento. Con el temor de que se le escurrieran y escaparan de entre sus dientes apretados y su faz contraída.

Y repetía sin cesar: –¡porque Dios es Todopoderoso!.. ¡porque para Dios todo es posible!.. ¡Qué salgan los demonios!.. ¡Que cesen las enfermedades!.. repetía la muchedumbre una y otra vez. Era el tum-tum de los tambores africanos que sonaban hipnóticamente, enervantes y enloquecedores, nublando la razón y haciendo presa histérica de los seres que caen bajo su influjo.

Expectantes, nos mirábamos unos a otros, con disimulo, esperando ver manifestarse el primer milagro, y con el secreto temor de que fallara la temeraria invocación.

De pronto un grito agudo de mujer rompió las letanías.

–¡Ayyyyy… ¡¡Ayyyy!! ….. ¡¡¡Ayyyyy!!!

Miles de ojos se concentraron satisfechos y complacidos sobre la figura que con la faz contraída y el cabello revuelto, se retorcía sobre si misma desplomarse en la arena. Era una mujer delgada y morena, humilde de vestidos y de faz angulosa, que se desesperaba y jadeaba. Tres vigilantes acudieron a levantarla de la arena y ponerla en pié. La mujer volvía a caer de rodillas y a retorcerse las manos mientras sus gritos y pataleos traían a la mente con fuerza arrolladora, las pitonisas en sus trances. Mientras tanto las invocaciones llegaban a su término. Como un maestro que ha hecho repetir hasta el cansancio a sus alumnos, la lección del día, la tabla de multiplicar o la conjugación de un verbo, el orador descansó un momento. Luego, sonriente, invitó condescendiente y cariñoso a que el alumno se animara a repetir la lección.

–A ver…, vamos a ver cuántos milagros se han hecho esta noche…. cuantos han sido los curados… que se acerquen primero los sordos…. aquí, al pié de la tribuna… ¡así!… Vamos a ver Ud. ¿qué milagro se ha operado en su cuerpo?

Al punto se acercaba una madre con su hijito de seis años en brazos.

–¿Desde cuanto es sordo su hijo?

–De nacimiento –la respuesta de la madre era calmada y juiciosa. No había el menor asomo de emoción o lágrimas ante el maravilloso suceso.

–¿Lo hizo ver por los médicos?

–Si señor.

–¿En qué hospital.

–En el de niños.

–¿Y que le dijeron?

–Que por ahora no tenía cura.

–¿Y desde cuando comenzó a oír el niño?

–Recién, le hablé y me oyó.

–¿Cómo se llama Ud?

–Agripina de Martínez.

–¿Y el niño?

–Carlos Ramón.

–¿Dónde vive?

–Brisas a Pirineo 140.

–Muy bien, el Señor se ha manifestado, Amén. A ver Ud. ¿qué milagros ha hecho el Señor en su persona esta noche?

–Yo…

Y así desfilaban uno tras otros, tranquilos, seguros, dando nombres, fechas y direcciones como testimonio de su verdad.

Tanta calma, tanta frialdad para un hecho que verdaderamente hubiera sido milagroso, no es lógico.

–Una madre, ante el hecho de que su hijo ciego, sordo o paralítico, se cure de pronto y en circunstancias tan extraordinarias y Divinas, siente una emoción tan grande, tan profunda y es tal su turbación, palpa el álito Divino en una forma tan viva, que no hay fuerza capaz de acallar el llanto y el deseo de expresar a viva voz el hecho prodigioso. Nunca, jamás podría tomarlo con la calma con que he visto expresarse las pretendidas y pretendidos curados. Si hasta cuando resulta uno favorecido en alguna rifa, por pequeño que sea el premio, una fuerza más poderosa que la razón, la emoción viva, lo arrollaba todo para expresar en voz alta, la suerte que le ha escogido como feliz mortal. Se le ilumina el rostro y quiere hacer participe de su inmensa alegría a todos los presentes en su afán de comunicarles su sentir. Es lo humano, lo natural, pura lógica. No por invocar al Creador a gritos, bajarán los milagros como bajó el mana al pueblo hebreo en el desierto. El ofrecimiento del orador de que habrá milagros es una promesa atrevida, demasiado audaz por su desenfado con que lo dice, Milagros a plazo fijo.

Y en la puerta del Nuevo Circo, me detuvo una mujer delgada, pobremente vestida y de tex cetrina. Una niña se colgaba de su nervudo brazo.

–Figúrese Ud…. –comenzó a decirme –…que cuando vine a la primera reunión, yo estaba muy mal de los nervios, me mordía todos los brazos y me desgarraba las ropas… ahora ya no me pasa eso, me siento mas tranquila… si señor… más tranquila… –Y revoleaba sus redondos ojos mientras asistía con la cabeza.

El fresquecito de la noche y la humedad de la llovizna me produjo un ligero escalofrío. Me arrebujé en mi abrigo, levanté las [solanes?] para protegerme mejor y subí al bus que llegó en ese momento.

Sentí las miradas [e] curiosas y divertidas que dirigían los pasajeros y un momento aleteo en mis [x] tro una ligera sensación ridículo. Me rehice adoptado una expresión entre [x] va e impávida y creo que convencí.

(foto) Con sus enfermos, estos rostros de mujeres preocupadas reflejan esperanza ante la cura milagrosa.

(foto) El Hermano Jiménez en el Nuevo Circo. Mientras la Iglesia dice que se trate de un fraude, la gente exclama: “¡Milagro, milagro!”

Ultimas Noticias 17 de Julio de 1961
Páginas 1-2, 4-6

“Cruzada del Rosario en Familia” del Padre Peyton

“Cruzada del Rosario en Familia” del Padre Peyton

100 DESMAYOS EN LA “CRUZADA DE FE”

El pueblo católico de Caracas dio ayer por la tarde una profunda demostración de fe. Masivamente, sin distingos de clases sociales y sexos, los caraqueños plenaron la Avenida “Los Próceres” para escuchar al Padre Patrick Peyton en la “Cruzada del Rosario en Familia”. El lema de la Cruzada, “La Familia que Reza Unida, Permanece Unida” sirvió de marco a la “Gran Concentración”, la cual fue clausurada por S. E. el Cardenal José Humberto Quintero quién formuló un llamado a la concordia de los caraqueños y por ende, de los venezolanos. Fue un acto imponente que plenó, como queda dicho, la Avenida “Los Próceres” y donde se registraron los accidentes de menor cuantía, todas ellas presentaron síntomas de asfixia y algunas se desmayaron por cansancio, debido más que todo al largo tiempo que permanecieron de pies en la Avenida. Un aspecto de la parte central de la concentración. (Foto Blasco). (Inf. Págs. 2, 3, 4, 5 y 6).

Espesa Multitud se Reunió en Los Próceres para la Concentración del Rosario en Familia

(foto) Su Eminencia José Humberto Cardenal Quintero, Príncipe de la Iglesia venezolana, en momentos de dirigirse a la multitud, para clausurar el acto de “Los Próceres” – (Foto Blasco)

“Dios no es una teoría para los caraqueños,” dijo el padre Peyton. –“Es necesaria la unidad de los venezolanos”, dijo el Cardenal Quintero.– Gigantesca imagen de la Coromoto presidió la Cruzada—Personalidades que rezaron el Rosario.—El Gran Acto de fe comenzó a las 4,35 de la tarde.—Al concluirse de rezar el Rosario cantó el “Tú Reinarás” por cientos de miles de voces.—Habla el Padre Peyton.—Cerrado el acto con el Himno Nacional.

(foto) El Padre Patrick Peyton, en momentos de dirigirse a la multitud congregada en la Avenida “Los Próceres”, durante la celebración del acto de la “Cruzada del Rosario en Familia”. –Foto Blasco–.

Ante la multitudinaria concentración de ayer por la tarde en “Los Próceres”, el Padre Patrick Peyton dijo que Dios no constituía una teoría para los caraqueños de ambos sexos y por su parte, S. E. el Cardenal Quintero al dirigirse a los fieles, se refirió al poder de la oración y a la necesidad de que los venezolanos permanezcan más unidos para el bien de la Patria.

Desde tempranas horas del mediodía de ayer, una numerosa cantidad de público comenzó a plenar la Avenida de “Los Próceres” para asistir al acto de la “Cruzada del Rosario en Familia”, donde el Padre Peyton hablaría.

En medio de la Avenida fue levantada una Tribuna donde se colocaron S. E. el Cardenal José Humberto Quintero, el Pernía dio lectura a unos comentarios hilvanados en torno a la Gran Concentración; se refirió al inicio de la Cruzada por parte del Padre Peyton en el año 1942; a las transmisiones que semana a semana, día a día, se hacen por las Estaciones de radio en el mundo. Dice en una parte del comentario:

–“En el mundo hay poderosas fuerzas trabajando en contra de la familia, en contra de los hogares. Ved lo que está sucediendo ahora en Caracas; fijados en los hogares caraqueños, donde el padre abandona sus hijos, su esposa o viceversa. Es la falta de permanecer unidos. Es la falta de rezar unidos.

REZO DEL SANTO ROSARIO Y MISTERIOS

Se da comienzo al rezo de Santo Rosario. El Ministro de Justicia doctor Andrés Aguilar W. sube a la Tribuna acompañado de su señora esposa y de su hija; el primer misterio:

* “Nuestro señor se levanta de entre los muertos por su propio poder.”

El Ministro reza el Padre Nuestro y la concentración le sigue con el Pan Nuestro; luego vienen 10 Aves Marías y la concentración prosigue, hasta concluir con el Glorias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

El segundo misterio es rezado por el doctor José Román Duque Sánchez, Vice-Presidente de la Corte Suprema:

* “La Ascensión”, cuando el Señor sube a los cielos después de 40 días. Se repite lo mismo; un Padre Nuestro y 10 Aves Marías, para concluir con el Gloria.

El tercer misterio es rezado por el Teniente-Coronel Ricardo Limongi. Lo acompañan su esposa e hijos:

* “La venida del Espíritu Santo.”

Para rezar el Rosario correspondiente al cuarto misterio, debía estar presente el señor José González Navarro, Presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, pero lo hizo en su hogar, por ausencia de este, el señor Elías Pérez;

* “La Asunción”, donde se recuerda al cuerpo de la Santísima Virgen cuando fue llevado a los cielos.

El quinto y último misterio le correspondió a un representante de los campesinos venezolanos, el señor Antonio Pérez, señora e hijos:

* “La Coronación de la Virgen”. Nos presenta a María, Madre de Dios, coronada por su hijo como Reina de los cielos y la Tierra.

Al concluir de rezar el Rosario, fue cantado “Tú Reinarás” y Monseñor Cayetano Del Ducca presentó al Padre Peyton, quien está en Venezuela luego de recorrer 44 países en su misión de paz para las familias.

El Padre Peyton reza un Ave María antes de hablar y cuando se hace el silencio en los miles y miles de fieles allí presentes, dice:

–“Hay que ver el amor de Caracas. Qué lástima que la propia Virgen no pueda ver esta concentración personalmente. Es una lástima que no vea que

Dios no es una teoría para la gente de Caracas. He visto grandes manifestaciones en todo el mundo, pero hoy me siento lleno de alegría y satisfacción, por la concentración de Caracas. Esto demuestra que el Santo Rosario tiene el poder de dar fé, de llevar la tranquilidad a los espíritus, de unir.

Hace un recuento de su vida; se remonta a sus años infantiles y mozos, cuando su familia vivía en la miseria y veía él –el Padre Peyton—a su padre y a su madre rezar; recuerda un contrato –denominación dada por él mismo—hecho por una de sus hermanas a favor de Dios ofrendado su vida. Dice que todos sin distingos de clases, debemos, por lo menos 10 minutos de las 24 horas del día, rezar un rosario, formula para permanecer unidos en familia en amor de Dios, de los hombres.

Al concluir S. E. el Cardenal José Humberto Quintero se dirije a la concentración. Es interrumpido varias veces por los aplausos de los asistentes; dice el Príncipe de la Iglesia venezolana:

–“No es fácil encontrar vocablos adecuados para expresar mi gozo y el de la Iglesia católica ante esta magnífica concentración, ante esta grande y espléndida reunión. Está hoy Caracas rindiendo un homenaje filial a la Virgen, demostrando públicamente su Fe y su amor a Dios.

Más adelante agrega que las manifestaciones de tipo católico en Caracas sólo estaban reservadas para las mujeres, bien acompañadas por niños, pero que ahora, ante el amor a Cristo y la Virgen, el panorama había cambiado.

–“Vosotros, hombres y jóvenes, mujeres y niñas, estáis testificando vuestra fe en Cristo y la Virgen al estar presentes hoy aquí. Los vemos aquí congregados codo a codo, pero con una misma idea: Cristo.

Había de los males que aquejan a las gentes de los ranchos: a la forma como viven; de sus luchas para conseguir el diario sustento y sobre todo para lograr la educación de sus hijos.

–“Pero todos esos males que hoy aquejan a Caracas, todos esos, encontrarán a la larga sus beneficios si permanecen unidos en Dios; si los hombres se reúnen para el bien y en vez del mal, dirijen sus ojos a la confraternidad y sobre todo, de amor a Cristo. La oración, en los actuales momentos, es una necesidad imprescindible para que los venezolanos permanezcamos más unidos, por el bien común de la Patria. Quien desconozca o menosprecie el poder de la oración, está muy equivocado.

Concluye S. E., el Cardenal Quintero invocando del Señor la bendición para todos sus amados hijos en Cristo; solicita la bendición para el Padre Peyton, los Obispos, los representantes del Gobierno, de las Fuerzas Militares, de la Prensa, Radio y TV.

–“Escribid, Señor, en el Libro de la vida sus nombres y bendícelos. Salvad a nuestra Patria en el tiempo y a nuestras almas en la eternidad.

A las 6:15 fue cantado el Himno Nacional. No por el coro de 1.500 voces, sino por todos los asistentes a la Concentración. Había terminado el acto.

Más de 100 Personas Sufrieron Desmayos

Un total de 116 personas, en su mayoría niños, sufrieron desmayos por cansancio ayer en la “Gran Concentración” que se llevó a cabo en la Avenida “Los Próceres”.

De este número de personas que sufrieron desmayos, 100 fueron atendidas allí mismo en la Avenida “Los Próceres” por los servicios de emergencia instalados, 4 se llevaron al Hospital Periférico de Coche y 2 fueron trasladados en ambulancias particulares a sus propias residencias.

El Cuerpo de Bomberos de Miranda que actuó y que prestó los primeros auxilios a los desmayados, informó que ninguno de los casos atendidos revistió gravedad.

–“Todo fue por motivo del cansancio o la fatiga, ya que muchas personas llegaron a la Avenida “Los Próceres” cerca de las 11 de la mañana y permanecieron de pies hasta las 5 o sea seis horas.

Los nombres de los atendidos no fueron revelados, debido a la prenura con que fueron atendidos algunos y se escapó este detalle y otros, porque ellos mismos pidieron no se suministrasen.

(foto) Los Ministros de Justicia y Obras Públicas, doctores Andrés Aguilar y Rafael De León, respectivamente, acompañados de sus esposas; los Obispos auxiliares Monseñor Rincón Bonilla y Monseñor Lizardi; Monseñor Acacio Chacón, Obispo de Mérida; Monseñor Fernández Feo, Obispo de San Cristóbal y otras personalidades.—(Foto Blasco)—

(foto) Un grupo de cubanos en el exilio asistió ayer a “Los Próceres”. Además de una gran bandera de su Patria, portaron grandes pancartas entre las cuales se leyeron: “Viva Cristo Rey”; en Cuba el que rezo lo fusilan.” –(Foto Blasco)—

(foto) Una panorámica tomada desde el Helicóptero, en el cual sobrevolaron por “Los Próceres”, los fotógrafos de los diarios capitalinos. Noten ustedes la concentración. –(Foto Blasco)–.

(foto) Lo aérea: vemos en primer plano al piloto del helicóptero que ayer sirvió de los fotógrafos de los diarios capitalinos. Debajo, la enorme multitud que cita en la Avenida “Los Próceres”, para la “Gran Concentración.” –(Foto Blasco).—

(foto) Antes de comenzar al acto, la gente que iba llegando a “Los Próceres” tomaba asiento en los bordes de las aceras a ambos lados de la Avenida. Esperaron hasta por seis horas. –(Foto Blasco).

(foto) Ayer en “Los Próceres”, hubo profusión de paraguas, sombrillas, pañuelos, sombreros, etc. El todo era cubrirse del tremendo sol que brilló ayer durante toda la tarde. –(Foto Blasco).

(foto) Una colegiala es auxiliada también por una de las monjas, que ayer asistieron a la concentración de “Los Próceres”. –Foto Blasco–.

(foto) Este niño, ya recuperado, permaneció por breves momentos más en la camilla, mientras era dado de alta. Sufrió un leve desmayo por cansancio. –Foto Blasco–.

(foto) Miembros del Cuerpo de Bomberos del Estado Miranda en momentos de auxiliar a una de las colegiadas desmayadas ayer por la tarde en “Los Próceres”. –Foto Blasco–.

(foto) Una colegiala que sufrió un desmayo, es colocada en una de las camillas para ser trasladada a la ambulancia. –Foto Blasco–.

(foto) Se registraron casos de “baja de tensión” y en estos actuaron las enfermeras de la Cruz Roja Venezolana, conforme se aprecia en la gráfica. –Foto Blasco–.

(foto) Una monja da de beber a alguna de su Colegio que sufrió un desmayo. Todo se debió a la enorme concentración de personas ayer en “Los Próceres”. –Foto Blasco–.

(foto) Una dama en momentos de ser atendida por un medico, ayer por la tarde en “Los Próceres”. –Foto Blasco.

(foto) Momento de la llegada de Monseñor doctor Luigi Dadaglio. Nuncio Apostólico, a la Avenida “Los Próceres”, para asistir a la “Gran Concentración.” –(Foto Blasco)—

(foto) Grupos de damas sirvieron de guías y al mismo tiempo integraron las Brigadas de Orden en la Avenida “Los Próceres”, durante el acto celebrado por la tarde y que congregó miles y miles de personas. –Foto Blasco–.

(foto) Desde otro ángulo aéreo, vemos esta foto tomada ayer por la tarde en la Avenida “Los Próceres”, durante la “Gran Concentración”. –Foto Blasco–.

(foto) Cerca de la Tribuna Principal, se ve la enorme multitud rodeándola y colocada, conforme lo dijo el Cardenal, “codo con codo” para apreciar mejor el acto. –Foto Blasco–.

(foto) Autobuses, camionetas, autos particulares, de alquiler, etc., etc. Todo vehículo a motor sirvió ayer para transportar gente a la Avenida de “Los Próceres.” –(Foto Blasco)—

(foto) Un miembro del Cuerpo de Bomberos del Estado Miranda en momentos de llevar hasta una de las ambulancias de primeros auxilios, a una jovencita de las que sufrieron desmayos. –Foto Blasco–.

(foto) Esta dama, enferma de ambas piernas y valiéndose para caminar de un par de muletas, estuvo presente en una de las tribunas de la Avenida “Los Próceres” para oír al Padre Peyton en la “Cruzada del Rosario en Familia”. –Foto Blasco–.