El Universal 8 de Julio de 1961

“Fe en Jesús”, Dice a los Enfermos un Evangelista, en el Nuevo Circo, y Muchos de Ellos Aseguran Curarse

Al grito de “¡Nada es imposible para Dios!”, el “hermano” Eugenio Jiménez R., del culto evangélico Pentecostal, pretende dar vista a los ciegos, voz a los mudos, y devolver el movimiento a los miembros paralizados por la enfermedad, además de proporcionar curación a todos quienes, con “fe en Jesús”, se acerquen a él en las reuniones que la mencionada secta cristiana está efectuando en el Nuevo Circo.

La concurrencia, cada día más numerosa, llenaba ayer todo el Nuevo Circo. Tendidos, barreras, contrabarreras, la arena y los accesos a las localidades e incluso el amplio vestíbulo del coso, estaban atiborrados por una heterogénea multitud que, desde todos los barrios de la zona metropolitana, acudían en busca de consuelo para el espíritu o de alivio para sus dolencias físicas.

El hermano Eugenio, orador enérgico y convincente, avasalla a la multitud con sus palabras, que subraya con gestos dramáticos y en algunos casos violentos. Es un hombre joven y pulcramente vestido, y hasta acicalado, que repite hasta la saciedad y durante más de dos horas de hablar a la muchedumbre, que la fe es la única salvación, e invoca a Cristo a quien pide la paz y la felicidad para todos, aún para los enemigos de la secta protestante.

Numerosas personas comentaban los “milagros de la fe hechos por el hermano Eugenio”. algunos testimoniaban que, paralíticos durante largos y dolorosos años, habían recuperado el uso de sus miembros. Entre éstos, Lorenzo Ramón Bolívar y José Mota, ambos vecinos del Prado de Maria, afirmaron que su curación la habían obtenido del hermano Eugenio después de desahuciados por los médicos. Otros, como la Sra. Ana Mendoza, de la urbanización “23 de Enero”, decían a quien quisiera oírlos que habían superado una grave dolencia pulmonar sin atender otras indicaciones que las palabras del pastor protestante, después de que los médicos habían hecho ímprobos esfuerzos por curarlos. Asimismo, algunas madres presentaron a sus niños que dijeron habían curado, gracias a la fe, de diversas dolencias, incluso de la ceguera de nacimiento y, por último, Luis Barone, de nacionalidad portuguesa, afirmó que después de 4 años de padecer una úlcera del estómago, ésta curó con sólo asistir el Nuevo Circo y orar con fe a Dios en varias de las reuniones.

En la noche de ayer no ocurrió ninguna curación, aunque éstos, según informaron algunos devotos del hermano Eugenio, se operan progresivamente, en varias sesiones y generalmente son precedidos de una dolorosa recaída, que concluye con la curación total.

El reportero pudo observar que había gente de todas las condiciones en la plaza, pero, no advirtió ningún médico entre el público, ni policías uniformados, pero el mayor orden reinó durante toda la reunión.

(foto)En la composición, arriba, izquierda, el hermano Eugenio Jiménez R., del Culto Evangélico Pentecostal, dirigiéndose a la multitud reunida en el Nuevo Circo. Centro, la señora Ana Mendoza, cuando testimoniaba su curación por medio de la fe, y derecha, una niña de corta edad, presuntamente curada de parálisis, es llevada por su madre para ofrecer testimonio del “milagro”. En la inferior, parte de la arena del Circo durante la reunión.