(foto) El Hermano Jiménez y el abogado Rafael Ramón Pérez. (Foto Balda).
Eugenio Jiménez, el predicador evangélico, saltó al ver la noticia. Y se vino a la redacción:
–Yo nunca he dicho que curo enfermedades. Lo que cura es la fe en Dios.
La cara de adolescente del predicador había confundido a los reporteros.
–¿Usted es estudiante de medicina?
–No. Yo soy el Hermano Jiménez.
Ya se recordaba su presencia en el Nuevo Circo con centenales de enfermos, buscando la esperanza.
–¿Qué le pasa, Hermano?
–Quiero enfatizar que yo no curo, insistía el predicador.
Se refería a la noticia publicada sobre la presunta curación de dos hernias al hijo del Gobernador del Estado Guárico, Juan Manuel Barrios.
–A él, como a todos, los cura su fe en Dios, a través de la predicación de la Sagrada Biblia.
Contó que la esposa del Gobernador, como todas las demás personas que recibieron beneficio, dio testimonio de su fe en el estadio de San Juan de los Morros.
Luego el Hermano Jiménez habló del refuerzo recibido en su equipo de predicadores.
–¿Quiénes llegaron?
–Mi hermano, Raimundo Jiménez, y el Reverendo David García, que viene de hacer una gran labor en República Dominicana.
El hermano del Hermano está en Maracaibo, donde por cierto, han tenido tropiezos. No les dejan actuar porque el Estadio no se puede considerar lugar cerrado.
–¿Cura usted a los enfermos?
Intervino su acompañante, el abogado venezolano Rafael Ramón Pérez, Consultor Jurídico de la Sociedad Panamericana de Evangelismo, de donde son ejecutivos los dos nuevos oradores importados.
–El Hermano Jiménez no cura…
Sonríe con sorna el reportero que se ha sentado frente a él.
–Entendido: No “cura”…
El Dr. Pérez, acompañante del Hermano Jiménez, se hace el desentendido:
–No cura. Es un simple vehículo, algo así como un intermediario. ¡Cura Dios!….
–¡De acuerdo! –convino el reportero.
Y los visitantes se despiden, no sin antes insistir con el ruego:
–¿Lo pondrá Ud. verdad? ¿Vendrá Ud. alguna vez a una conferencia del Hermano Jiménez?